jueves, 8 de febrero de 2007

Estados Unidos 2 vs México 0

Una vez más nuestro compatriotas que viven del otro lado de la frontera abarrotaron un lujoso estadio americano para ir a ver a su selección Nacional enfrentarse a la selección del país en el que viven, en el que son maltratados, hechos a menos y despreciados diariamente. De las pocas cosas inteligentes que se dijeron en la transmición de TV Azteca fue que este era un partido muy importante para los mexicanos que viven allá. Los gritos de "Hugo, Hugo" se escucharon cuando salió a la cancha y lo entrevistó el flamante nuevo copy/paste de la televisora del Ajusco, Eder Velázquez. A los pocos minutos de empezar el partido, la cámara mostró a un aficionado americano sosteniendo un cartel que decía "There are no friendlies" (No existen los partidos amistosos), lo que nos hace ver que como para nosotros, para ellos este partido tiene un significado especial.
El partido se jugó, con más ganas que orden, como era de esperarse para un partido que inicia un proceso. Desde el cielo Don Fernando Marcos podrá haber dicho sus cuatro palabras "Nosotros mandamos, ellos ganaron". Los diarios ya sacan su listado de clichés, como "Jugamos como nunca y perdimos como siempre" o "Nos tropezamos otra vez con la misma piedra", etc.
Me pareció que la defensa, con tres repatriados, fue sin duda la línea que mejor jugó y no me parece que sea casualidad. Un error de marcación costó el primer gol, un rebote del árbitro ayudó a ocasionar el segundo y una pifia de Galindo pudo haber lastimado al equipo, pero la atajada sensacional de Osvaldo nos salvó.
Como "apuntaba" Peláez, bañado en los elogios melosos con que lo llenaba Marcelo Balboa, México jugó por las bandas, desafortunadamente Ramoncito no estuvo muy penetrante en el primer tiempo y el Venado y Guardado no jugaron juntos, lo que hubiera hecho que se tuviera llegada por ambas bandas. Ahora el problema es que no se puede vivir siempre por la banda, ya que si se quiere anotar un gol en algún momento hay que acercarse al centro. Y ahí si no hubo nada positivo que señalar. Si Guardado y Blanco hubieran estado juntos en la cancha, además del Bofo, el talento con los pies hubiera sido mucho mayor, pero sacar a Blanco para dejar a Borgetti, hace pensar que se quiere jugar a los centros y eso no tiene mucha lógica, sobretodo cuando no es el estilo de tu equipo, ni de tu liga, y cuando el promedio de estatura de los jugadores de tu país es más bajo que el de tus rivales. Más peligroso me habría parecido un ataque que tuviera a Guardado y el Venado por las bandas, al Cuauh de media punta y al Bofo y a Bravo.
Los de TV Azteca, en un delirio de pasión y apoyo nunca antes visto por Hugo Sánchez, acusaron que "qué mala suerte está teniendo el equipo mexicano". La suerte es una golfa, escribió Shakespeare en Hamlet, porque se va con cualqueira; si el problema mexicano fue de suerte, entonces deberíamos pensar que no vamos a tener siempre la misma mala suerte y que la próxima vez de las cinco jugadas más o menos claras de gol, entrarán dos o tres. Pero el problema no fue de suerte, las jugadas más claras que se tuvieron, que fueron muy pocas y accidentadas, se fallaron por errores de los protagonistas. La diferencia entre una posición y la otra es la de la responsabilidad con la que se enfrentan las cosas. No puedes cabecear a un metro y medio de la portería y que tu remate salga al portero y juzgarlo como mala suerte. Pero bueno, mientras me extrañaba el apoyo hugosanchista de los siempre antihuguianos como Marín y Martinolli, salió el comercial en el que Hugo te invita a seguir a la selección por TV Azteca. ¡Aaaaaah! ¡Ahora caigo! Una mano lava la otra. Un periodista muy inteligente, cuyo nombre no he logrado recordar, dijo alguna vez que "la prensa es la conciencia de la sociedad", el problema es que aquí no es así, ni en la política, ni en los deportes. Si aceptamos que México tuvo mala suerte, estamos aceptando que todo lo demás salió bien y eso está muy lejos de la verdad.
México fue inoperante hacia el frente, sin duda, el partido se sentía muy diferente cuando Blanco la tenía en el primer tiempo, pero tuvo muy poco contacto con el balón, o cuando Guardado la tenía en el segundo, pero la verdad no hubo jugadas claras de gol. Claro, es lógico, es el primer partido, pero igual hay que llamar a las cosas por su nombre. Bravo la falló en ese remate, México tuvo el balón, pero no generó un peligro real, Borgetti tuvo otra y se enredo con lo largo de sus piernas, los tiros de larga distancia no hubieran sido gol aun cuando la portería hubiera sido del tamaño del área chica y una vez que llegaban al área no podían entrar. Eso no es mala suerte.
También hay que decirlo, Estados Unidos no jugó con su mejor selección, así que hay que hablar de todo y ser claro y no dar excusas ni pretextos. El trabajo de un técnico es de ensayo y error. Este fue el primer ensayo y hubo algunos errores. Ahora toca que para el siguiente esos errores se corrijan y se haga un nuevo ensayo, con la esperanza de que los errores sean menores y así, paso a paso, ir afinando y calibrando el equipo. Pero para hacer eso hay que saber aceptar lo que estuvo bien y lo que no. Hugo no es de los que acepta sus errores y si los medios culpan a la suerte, el avance para el siguiente encuentro no será el mejor.
Me parece cierto que los equipos reflejan la personalidad de su entrenador, me parecía claro que la selección mexicana de La Volpe reflejaba la ezquizofrenia de Ricardo Antonio, no sabían a qué jugaban ni quienes eran la mitad de las veces. Si algo positivo tiene la megalomanía de Hugo es la confianza en sí mismo y, la nota positiva, en mio opinión sería que México salió con todo. Como dijo el insoportable Luis Omar Tapia en la transimición, "Hugo sabe lo que quiere", me parece que ayer su equipo sabía lo que quería, quería ganar, el problema es que no supo cómo. Esperemos que poco a poco Hugo y la selección le vayan encontrando el modo.

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