miércoles, 14 de febrero de 2007

¡Es la cuna!



Mientras el mexicano-uruguayo continúa especulando con la oferta de Grecia, bajo el influjo de su padre-representante; el jovencito quien actúa en el Barcelona, aconsejado por su progenitor (Zizinho) ya tomó una decisión y es por México

A ambos los conocimos como jugadores.

Nery Castillo padre pasó por San Luis.
Zizinho vino al América, pasó por el León y terminó su carrera en el equipo La Raza de futbol rápido; después se dio a la tarea de criar a sus hijos tanto en lo académico como en lo deportivo, para luego buscarles mejores horizontes a sus dos chavales.

Nery padre regresó a Uruguay, donde hizo debutar a su vástago en el Danubio, aceptando más tarde una propuesta para emigrar al futbol griego, poco competitivo, pero mejor asalariado.
Zizinho llegó a España y no dudó en promover a Giovanni y Jonathan para que se incorporaran al Barcelona, donde hoy Giovanni apunta muy alto y el menor apunta a destacar.
Siguieron caminos diferentes desde la cuna.
Castillo padre apunta a depender de su hijo; Zizinho tiene su propia escuela de futbol, y Giovanni hace lo que más le gusta: jugar al futbol.
Nery padre impone.
Zizinho sugiere y encamina.
La diferencia nació en la cuna.
Cuántos ejemplos no han pasado en la vida que los propios padres son los arquitectos del destino de sus hijos.
Los ejemplos serían innumerables, pero en esta ocasión en el futbol mexicano existen dos casos muy claros en donde la influencia paternal ha sido determinante para moldear el carácter de ambos futbolistas.

Nos referimos a Nery Alberto Castillo y a Giovanni dos Santos, quienes han marcado su destino bajo la influencia de sus progenitores, dos ex futbolistas profesionales.
Casos similares a simple vista.
Pero muy diferentes en su entorno.
Pues mientras a Giovanni dos Santos se le ha inculcado el valor de la identidad, de saber manejarse con congruencia bajo precepto moral bien cimentado y consciente de su nacionalidad y de su origen.

Por el otro lado Nery Alberto Castillo, quien naciera en México, quizá por cosas del destino, pero que dentro de su entorno no siente los colores nacionales.
Nadie puede negar que los padres de ambos jugadores buscan el éxito de sus vástagos, sin embargo mientras en el entorno de Giovanni se escucha estabilidad, coherencia en la definición de su futuro, resaltando que siempre se verá como mexicano, por el otro lado a Nery Alberto lo han presionado para que pueda manejar su destino acorde a sus intereses económicos.

Una situación que parece ilógica para un futbolista que está en la parte más complicada de su carrera y que quizá él no desea jugar por México, pero la influencia de su padre lo obliga casi a ponerse la camiseta nacional a fuerzas.
Sin duda es un hecho para analizar y de una vez por todos distinguir que el portar la camiseta nacional no es cuestión de obligación, sino de gusto y Giovanni le ha ganado el pulso a Nery Alberto Castillo al gritar a los cuatro vientos que se muere por el seleccionado mexicano.

JORGE CARRICART
Ovaciones
14/ Feb/ 2007

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