miércoles, 27 de junio de 2007

Promesas y excusas

Una de las primeras cosas que hizo Hugo Sánchez cuando recibió el nombramiento de técnico de la selección, fue prometer que ganaría la Copa de Oro y que llegaría a la final de la Copa América. A lo mejor por el desgastante proceso electoral que acabábamos de vivir o porque ya es lo sabido de los políticos, me llamaron la atención tales promesas. La cuestión de las promesas políticas, como las promesas de los niños de que si los dejan salir a jugar ordenarán su cuarto más tarde o harán la tarea después, es que una vez que se le ha dado el voto al político o el permiso al niño, no hay manera de quitárselo si no cumple lo que prometió. El político obtuvo el voto y el niño jugó, eso no se les puede quitar.
Desde el momento que Hugo hizo sus promesas, creo recordar que fue enseguida después de la derrota inaugural de su "mandato", ante los Estados Unidos. Lo que hacen las promesas es que compran tiempo. Al niño le compran unas horas para jugar y Hugo parecía pretender que le compraran unos meses para trabajar tranquilo antes de su primer torneo oficial. Me parece que la segunda gran decepción del proceso de Hugo, después de la derrota inaugural, es que, durante los malos partidos o malos resultados antes del torneo lo que el público mexicano escuchó de la boca de Hugo y sus jugadores fue lo mismo que se ha escuchado de la boca de todos los técnicos y jugadores de todos los equipos que arrancan mal un proceso nuevo. "Se necesita tiempo para asimilar el sistema", "hay que adaptarse", "mostramos buena actitud", etc, etc, etc. Que es lo mismo que escuchan los votantes después de que el candidato que prometió un cambio si le daban su voto.
La primera promesa de Hugo ya no se cumplió. Después de un desempeño muy pobre durante toda la Copa de Oro, México perdió la final, una vez más, contra Estados Unidos. Pero Hugo niega que esto sea un fracaso, lo que se vuelve difícil de entender, si uno promete lograr algo y no lo logra, ¿no es esto un fracaso? Hugo dejó pasar la oportunidad de demostrar que había algo en él diferente como técnico al no aceptar el fracaso de la Copa de Oro. Si lo hubiera aceptado, por lo menos el público habría sentido una congruencia en su discurso, algo que es difícil encontrar cada vez que Hugo hace una declaración, ya que en declaraciones publicadas hoy por la jornada Hugo revira y dice que el fracaso habría sido no llegar a la final.
Ahora, a escasas horas de que arranque la nueva prueba mexicana, la Copa América, debutando contra Brasil, Hugo ya está pidiendo paciencia y calma. Y cómo no, si por un lado varios de sus jugadores inamovibles, los "extranjeros", no van a participar en el torneo, por el otro, si Guadalupe, Costa Rica y Cuba nos hicieron sufrir, si Honduras y Estados Unidos, nos hicieron ver mal, son pocas las esperanzas que se tienen al enfrentar a Brasil, aún cuando no traiga a sus mejores jugadores. Pensando, o sufriendo, esto, Hugo ya reestructuró su discurso y dijo que buscarán quedar entre los cuatro primeros y no llegar a la final, como prometió orignal mente. Una vez más, el político que promete y a la hora de la verdad se retracta o cambia el discurso, anticipándose a la catástrofe.
Antes, cuando LaVolpe dirigía a la selección, Hugo estaba en la mejor posición. Tenía a quién atacar y sin ninguna responsabilidad propia. Construyó todo su ascenso a la Selección atacando viceralmente a LaVolpe. Ahora LaVolpe no está, pero Hugo lo sigue necesitando, tanto que apareció una declaración suya en el periódico de hoy, 27 de junio, que dice: ahora México necesita serenidad, porque si aguantaron a otros que no son mexicanos y los trataron de forma fatal, me merezco algo más.
Primero, diría yo, valdría la pena señalar que nadie trató peor a "otros" que Hugo mismo, pero lo más sorprendente es que Hugo considera que él merece "más" por ser mexicano. Esta treta baja y de mal gusto, de un nacionalismo barato, pobre y chantajista, no va a funcionar. Independientemente de la nacionalidad del técnico, las exigencias para el equipo deben ser las mismas, o ¿acaso es menor la derrota en la Copa de Oro porque Hugo es el técnico de lo que lo habría sido si el técnico fuera LaVolpe? Si Lavolpe hubiera perdido la final de la Copa de Oro ¿si habría sido un fracaso porque es extranjero? O ¿es que Hugo, por lo que hizo como jugador merece más paciencia y menos exigencias? ¿Es que Hugo ya cumplió, sólo por ser Hugo?
Hugo tendrá que aprender que en el futbol sólo importa el presente. Si no, habría que preguntarle a Passarella, que después de haber sido el ícono de River Plate de la época de los setentas y de haberlo sacado campeón de todos los torneos como técnico a finales de los noventas, ahora es abucheado e insultado por la misma afición que hace años soltaba lágrimas de alegría cuando lo veía jugar. Merecida o inmerecidamente, justa o injustamente, la afición, que es una masa anónima, vive del presente. Se alimenta de los triunfos de hoy, los éxitos de ayer ya fueron consumidos, digeridos e inclusive expulsados de su informe organismo de masa.
Hugo no se merece más que nadie, somos nosotros, como aficionados de nuestra Selección, nosotros, los que sufrimos con los partidos y los resultados, los que nos merecemos más. Más trabajo, más inteligencia, más entrega, más futbol y, sobretodo, más honestidad y congruencia del técnico de la Selección. Ya que lo contrario, además de brindarnos un producto futbolístico defectuoso y decepcionante, insulta nuestra inteligencia, pensando que puede darnos gato por liebre, tratando de hacernos creer que perder la final de la Copa de Oro, nada menos y nada más que contra los Estados Unidos, no es un fracaso. Lo fue y se necesitaba valor y honestidad para aceptarlo. Hugo lo negó.

lunes, 11 de junio de 2007

HONDURAS DESNUDA AL TRI

Lamentable. Simplemente lamentable fue el espectáculo brindado por la Selección Nacional en lo que se lleva jugado de la Copa de Oro 2007, pero sobre todo lo mostrado el pasado 10 de junio en su partido ante Honduras, que desnudó por completo todo lo malo del equipo mexicano. Aprovechamos para hacer un breve análisis de cuáles son los problemas que detectamos:

La improvisación. A pesar de contar con una zaga defensiva muy sólida, y en la que en principio no queda mucho margen de experimentación, Hugo Sánchez probó con Jhonny Magallón y Carlos Salcido de centrales, a pesar que ambos son laterales, y con Ramoncito Morales de lateral por izquierda, siendo que él juega de extremo con vocación más ofensiva. El resultado fue que ambos centrales dieron muchas facilidades, sobre todo en el juego áereo, y a Ramòn Morales fue desbordado constantemente. En media cancha parece que Pavel Pardo y Gerardo Torrado, que sin duda son los dos mejores medios de contención con los que cuenta la selección, cuando juegan juntos parece que se estorban.
De la misma manera, Hugo Sánchez sigue ensayando al frente en donde no encuentra su delantera ideal. Pretende respetar la jerarquía de jugadores como Jared Borgetti y Blanco; intenta infructuosamente encontrarle un lugar a Francisco “Kikín” Fonseca, que en mi opinión no tiene; busca depender del talento de Adolfo “Bofo” Bautista y de Cuauhtémoc aunque es muy intermitente; y ante la baja de juego de Omar Bravo, que desde que se coronó campeón de goleo no ha visto portería, resulta que Nery Castillo aparece como la mejor opción. A Juan Carlos Cacho, a pesar de ser el delantero que llegaba a esta parte del año más embalado, todavía no le da una oportunidad.

La poca capacidad de reacción desde la banca. Se sigue sin notar la mano del entrenador, ni táctica, ni técnicamente. La Selección juega mal, su juego es previsible, chato, falto de imaginación y de propuesta. No se ve juego de conjunto y sigue confiando en el talento individual de los jugadores. De la misma manera, no parece que ni Hugo Sánchez, ni su auxiliar Sergio Egea han sabido leer los partidos. Tardan demasiado en hacer los cambios. Contra Honduras esperaron hasta que cayó el empate, bien entrado el segundo tiempo para cambiar a Ramòn Morales por el “Maza” Rodríguez, que era un cambio cantado desde la primera mitad, luego una vez que el partido estaba complicado, la apuesta a la ofensiva fue cambiar a Andrés Guardado, que era el único que había desbordado una y otra vez, por Francisco “Kikín” Fonseca, que hizo poco y nada. Por otra parte, la “mentalidad ganadora” y la “motivación especial” que Hugo Sánchez supuestamente le iba a imprimir al equipo mexicano sigue sin aparecer.

La baja de juego de algunos jugadores. Adolfo Bautista, demasiado pendiente de su contrato, se paseó en el partido contra Cuba, y parece que nunca aparece cuando juega con la selección. Omar Bravo no ha podido anotar hace ya demasiados juegos, y parece que desde que se proclamó Campeón de Goleo, le ha caido una maldición. Jared Borgetti, a pesar de ser un gran rematador ha tenido un muy mal torneo con Cruz Azul. Francisco “Kikín” Fonseca lo mismo, tuvo un muy mal torneo en Tigres y parece estar seleccionado más por amiguismo que por su nivel de juego.

Confundir la garra con la mala leche. No puede ser que un jugador con la experiencia de Cuauhtémoc Blanco se haga expulsar de esa manera tan tonta, comprometiendo no sólo el partido, sino la clasificación a la siguiente ronda. Es su segundo incidente en poco tiempo, pues en el partido “amistoso” contra Paraguay le dio un balonazo de clara impotencia al portero paraguayo. De alguna manera, este tipo de actitudes justifican el por qué Ricardo Lavolpe nunca lo consideró para su proceso. Por otra parte resulta de muy mal gusto que las tres derrotas del equipo mexicano han habido incidentes con intercambio de golpes, en los que se ha evidenciado que el equipo mexicano no sabe perder, y cuando cae no lo hace con honor.

Lucha de egos. En un vestidor en el que se encuentran los que a priori son los mejores jugadores mexicanos, que son protagonistas de sus respectivos equipos, tal vez no sea la mejor idea que sea el entrenador la persona con mayor ego. Han comenzado a haber roces que se han hecho públicos. Al final del partido contra Honduras, se supo que Carlos Salcido y Hugo Sánchez tuvieron un encontronazo que se supone que ya fue hablado y solucionado. Sin embargo esto tampoco es nada nuevo, al inicio del proceso se cuestionaba cómo iba a ser recibido Hugo Sánchez por los jugadores llamados “lavolpistas” como Rafa Márquez, Osvaldo Sánchez ó Pavel Pardo, que son los capitanes y los referentes absolutos de la Selección. Además que la figura siempre polémica de Cuauhtémoc Blanco es un elemento de tensión en un vestidor que no es para nada fácil.

Las declaraciones lamentables. Resulta bastante un mamarracho que al final de los partidos se den declaraciones como las que hemos tenido que oir. Un equipo que pretende ser el “Gigante de la zona” no se puede permitir que su entrenador al final de un partido en que el equipo de Cuba, en donde no se juega futbol profesionalmente, le plante cara al equipo mexicano y luego declare: “Nosotros jugamos mal porque la cancha estaba asquerosa…” Ó que después hacerse expulsar de la manera tan obvia e infantil como lo hizo Cuauhtémoc Blanco declare: “De los árbitros puedes esperar cualquier cosa… Este torneo es un desastre…” Desgraciadamente este tono en las declaraciones tanto las previas como las posteriores al partido no son nada nuevo, recuerdo las de Borgetti antes del partido contra Cuba que decía: “Este partido lo ganamos con los ojos cerrados…” ó la “Tomaremos revancha en la Copa de Oro…” de Hugo Sánchez posterior a la derrota contra Estados Unidos. Tal vez habría que informarle al señor Sánchez que ya estamos jugando la Copa de Oro, y fue él y nadie más, quien habló de “obligación” en salir campeones.

De esta manera se llega al tercer partido de la Copa de Oro con la obligación imperiosa de ganar el partido para poder clasificar a la siguiente ronda. México se juega su clasificación contra Panamá que es el equipo más en forma del grupo, cuenta con buenos jugadores como Blas Pérez ó Felipe Baloy entre otros, que está bien dirigido por Alexandre Guimaraes, y que sobre todo, está jugando mejor. El miercoles sabremos nuestra suerte.

Sebastián del Amo

miércoles, 6 de junio de 2007

CLAROS SIGNOS DE PREOCUPACIÓN

La última presentación de la Selección Mexicana previo a su participación en la Copa de Oro deja sin duda un mal sabor de boca en la afición. Mas allá del resultado, que fue malo, el partido deja más interrogantes que conclusiones, cosa que en mi opinión no es del todo bueno en vísperas de un torneo oficial, menos si se enlaza con otro incluso aún de mayor prestigio, como es la Copa América.

La primera interrogante, y la que más salta a la vista, es que de acuerdo a lo mostrado en los partidos amistosos previos, parece que Hugo Sánchez sigue sin encontrar su once ideal, y la posición más delicada se encuentra en la delantera. Es en esta posición es donde se denotan más dudas. Parece que Jared Borgetti va a ser titular, más por su jerarquía histórica en la Selección, que por el momento que atraviesa, aunque siempre es una referencia, y es un estupendo rematador.

Preocupa mucho la baja de juego de Omar Bravo, que a pesar de ser el actual Campeón de Goleo en México, parece que ha caído en un bache y no encuentra portería desde el final del torneo pasado.

De la misma manera, la baja de juego deFrancisco "Kikín" Fonseca ya es preocupante. Desde su partida a Portugal el jugador parece haber perdido su futbol. Sigue siendo un jugador que es todo pundonor y lucha, además de tener un enorme carisma, sin embargo eso no es suficiente y se le ve a otro ritmo y a otra velocidad. Además el hecho de haber regresado de Portugal con ese gran cartel y sobre todo con ese gran contrato no le ayuda, pues es uno de los jugadores mejores pagados del Futbol Mexicano, lo convierten de acuerdo a su rendimiento, en un jugador muy poco rentable.

Todo esto hace que Hugo Sánchez voltee a ver a Nery Castillo como una buena opción, además que se trata de una apuesta personal del propio entrenador. Sin embargo, tanto la personalidad del jugador como la pequeña telenovela previa a su convocatoria, hacen que en los ojos del aficionado aparezca como un “pecho frío”, que no siente la camiseta nacional. Esperemos por su propio bien que este jugador mexicano, de origen uruguayo, tenga buenas actuaciones, porque hay que recordar que al Guille Franco la afición aún no le perdona el hecho que haya jugado mal en el Mundial.

Por otro lado preocupa el juego de la Selección Nacional. Mucho se ha hablado que Hugo Sánchez, a diferencia de Lavolpe, puede no ser un gran estratega, pero es un gran motivador, que va a imprimir al jugador mexicano con una “mentalidad ganadora” que supuestamente no tiene.

La realidad es que hasta ahora los resultados de la Selección Mexicana han distado mucho de ser espectaculares aunque son positivos: cuatro victorias, contra Venezuela, Paraguay, Ecuador y contra Irán, dos derrotas, contra Estados Unidos, y la de ayer ante Paraguay.

Lo único es que las dos derrotas han sido particularmente dolorosas. La primera contra Estados Unidos, en lo que fue la primera presentación de Hugo Sánchez como técnico, y en la que el propio entrenador convirtión en una “cuestión de honor” el ganarle al vecino del norte. El resultado: México pierde de manera contundente con una selección estadounidense que es ampliamente superior.

La derrota de ayer, en la despedida de la selección de suelo mexicano, con el majestuoso Estadio Azteca como escenario, fue tambien dolorosa. Lo fue porque era la despedida de la selección antes de dos torneos muy importantes, después de mucho tiempo que la seleción no jugaba en el Azteca, y porque tal vez era la última vez que se iban a ver, en suelo mexicano, a jugadores simbólicos para el seleccionado como Jared Borgetti o Cuauhtémoc Blanco, portando la camiseta nacional.

Sin embargo el partido de ayer fue malo, aburrido, ante un rival que puede ser poco vistoso pero que siempre es serio, competitivo, y cuyo entrenador estaba también muy necesitado del resultado. El juego de la selección fue chato, frontal, sin imaginación. La única propuesta al frente eran las descolgadas por la izquierda de esa joya que tiene el futbol mexicano que es Andrés Guardado. A pesar que el equipo creó oportunidades, la falta de tino de los delanteros quedó nuevamente en evidencia, y desde el banquillo no hubo reacción para darle la vuelta a un equipo paraguayo que complicó en todo momento, y que logró anotar gracias a la contundencia de Óscar "Tacuára" Cardozo, delantero de Newells Old Boys de Argentina.

Hasta ahora no se ha visto al Hugo Sánchez estratega. Ó porque no ha hecho falta por las facilidades brindadas por rivales menores como Venezuela ó Irán, ó porque los contrarios han sido ampliamente superiores como Estados Unidos.

Finalmente en lo personal me preocupa que exista en la selección un mal entendimiento de lo que es la “mentalidad ganadora” que supuestamente va a imprimir en la selección. Hugo Sánchez, en su etapa como jugador, fue una persona que utilizó la confrontación y la controversia como un motivador para salir adelante. Famosos han sido sus enfrentamientos con Lavolpe, Beenhakker, Antonio Carlos Santos, Stoichov, Ablanedo, Mejía Barón, Raúl González, José Ramón Fernández, y un largo etc. Es una persona que siempre ha gustado de estar en el ojo del huracán.

En su primer partido como seleccionador nacional habló de “orgullo nacional” para vencer a Estados Unidos, habló de “obligación”. Al final del partido, los mejores jugadores que tiene México se vieron claramente superados por un equipos estadounidense mejor preparado, y el equipo del “Gran Motivador” terminó lanzando patadas de impotencia. Ayer cuando nuevamente se vieron superados por un equipo paraguayo que los envolvió en su juego canchero, se acabó el partido en un conato de bronca.

Hugo Sánchez ha hablado de la obligación de México en no sólo llegar a la final, sino ganarle a los Estados Unidos en esa instancia, para vengar la primera derrota de su proceso. Luego habla de la obligación de llegar a las semifinales de la Copa América. Por mucho que me alegra como aficionado que se establezcan objetivos tan altos, creo que no es bueno pecar de prepotentes.

Al contrario hay que valorar lo mucho que ha crecido la competencia tanto en Centro América, Norte América, como el Caribe. La selección de Honduras cuenta con jugadores de experiencia internacional como Carlos Pavón, que es un viejo conocido de futbol mexicano, Carlos Costly del GKS Belchatow de Polonia, Iván Guerrero del Chicago Fire de EUA, varios jugadores de la Liga China, como Luis Alfredo Bombero Ramírez del Guangzhou Pharma, Samuel Caballero y Victor Mena del Changchun Yatai, Water Martínez y Elvis Scott del Beijing Gouan, varios de la Liga Italiana, como Edgar Álvarrez del Messina, Julio César Rambo Ramírez del Genova, David Suazo, Edwin García, ó Milton García del Cagliari.

Panamá es un país que ha crecido mucho, y que es el actual subcampeón de la Copa de Oro, está entrenado por el brasileño Alexandre Guimaraes que participó con Costa Rica en el pasado Mundial de Alemania 2006, y que tienen a todos sus jugadores repartidos en varios clubes del mundo. Ahí tenemos a Blas Pérez, goleador del Deportivo Cúcuta, que está a punto de llegar a la final de la Copa Libertadores. Pero hay otros jugadores como José Luis Garcés del Belenense de Portugal, Felipe Baloy del Monterrey de México, jugadores de la MLS, como Roberto Brown del Colorado Rapids, Luis Tejada ex Real Salt lake, de la Liga Colombiana como Orlando Rodríguez y Román Torres del Equidad, ó Luis Moreno y Gabriel Gómez del Santa Fe, de Islander de Puerto Rico, como Alberto Zapata, Victor Herrera y Gustavo Águila, José Torres del Victoria de Honduras, Eduardo Jiménez del Águila de El Salvador, ó Luis Gallardo del Pérez Zeledon de Costa Rica.

De la misma manera no hay que descuidar a otros equipos como El Salvador, dirigido por Carlos de los Cobos, que es un viejo conocido del Futbol Mexicano, Guatemala con Hernán Bolillo Gómez, ó Jamaica con Bora Milutinovich, que tiene un colmillo largo y retorcido. Eso sin contar con los anfitriones, los Estados Unidos, a los que no se les ha podido desde hace demasiado demasiados años.

Ganar la Copa de Oro no va a ser nada fácil, mucho menos la Copa América, para hacerlo hay que partir de la humildad y del respeto al contrario además de la cultura del trabajo, porque con la camiseta no le vamos a ganar a nadie. Esa idea del “Gigante de la Zona” queda muy en entredicho, porque la realidad es que no tenemos memoria pero la primera victoria sobre Costa Rica, en suelo mexicano, se dio hasta finales de la década de los cincuentas.

Más que una “mentalidad ganadora”, que en mi opinión ya la tienen los futbolistas mexicanos, puesto que Hugo Sánchez no ha tenido que ver en los éxitos de Rafa Marquez en Barcelona, de Pavel y Osorio en Stuttgart, ó de Salcido en Eindhoven, creo que lo que el entrenador lo que le va a imprimir al equipo es un estílo, que no necesariamente es lo que necesita en este momento la selección mexicana.

En la actualidad tenemos una generación de futbolistas mexicanos de un enorme talento en varias posiciones, eso sin contar a los prospectos de la sub 20, que a mediano plazo prometen darnos alegrías. Ahora lo que más necesita la Selección Mexicana es un entrenador que sepa amalgamar en un buen equipo a los buenos jugadores con los que contamos. La presgunta es:
¿Es Hugo Sánchez la persona indicada para hacerlo?…

Sebastián del Amo